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sábado, 5 de diciembre de 2020

Winter is coming!

 Después de muchos meses esperando, por fin ha llegado de nuevo el invierno. Y es que nuestras montañas empiezan a vestirse de blanco. Se acerca la Navidad, esa época del año tan especial, y en las montañas el elemento blanco poco a poco llena de magia el ambiente. Para algunas personas entre las que me incluyo, ver nevar es mágico, podemos quedarnos horas y horas mirando como los grandes copos de nieve caen lentamente y en silencio desde el cielo. Algo tiene la nieve, algo que no sé explicar. 

Y es que la temporada pasada el maldito COVID nos dejó sin primavera, esa época magnifica para disfrutar del esquí de montaña. Pero al menos pudimos disfrutar de más de 20 salidas con esquíes, de las que guardamos un pequeño recuerdo en este vídeo resumen., de nuestro invierno en el Valle de Tena.

¡Qué lo disfrutéis!


viernes, 20 de marzo de 2020

Garmo Negro (3.064 m) con esquíes. 2 de enero de 2020

#YoMeQuedoEnCasa

Y aprovecho para actualizar un poco el blog. Hoy os cuento nuestra primera ascensión del 2020, que fue al Garmo Negro.



El Garmo Negro, con sus 3.064 m de altura domina todo el valle de Balneario de Panticosa. Es el pico más emblemático de su entorno, y la subida con esquíes por su cara sureste, que salva de forma muy directa más de 1.400 m de desnivel, hace que sea un MUST del esquí de montaña.
La parte negativa es que esta vertiente del Garmo Negro es muy avalanchosa, y hay que extremar las precauciones cuando hay riesgo de aludes. Un año de nieve normal, el Garmo Negro sería un objetivo muy bueno a partir de marzo, cuando el manto de nieve se encuentra bien asentado.

Sin embargo este invierno atípico, que en Navidades y Fin de Año estuvimos más de 15 días sin recibir ninguna nevada, las condiciones de nieve recordaban más a la primavera que al invierno. Además, la nieve estaba muy dura y fue preciso elegir una ruta en cara sur, buscando el sol, que después de varias horas calentando, dejaría una nieve crema disfrutona de esquiar (por desgracia no fue el caso como veréis...). 

Ruta:
Desnivel: + 1.486 m
Longitud: 12,46  km 
Tiempo: 5 h 57 min




Descripción de la ruta:

El día 2 de enero de 2020 quedamos en Balneario de Panticosa: Francesc, Pepe, Guille y un servidor. 
Empezamos a las 9:00, ya que no era preciso madrugar. Cuanto más calentara el sol, mejor estaría la nieve para bajar.

La primera parte de la subida la hacemos porteando los esquíes, ya que hasta pasado el bosque no había nieve. Esto se traduce en un porteo de unos 26 minutos hasta la zona conocida como "la Mallata Baja". En ese punto calzamos esquíes y empezamos a foquear. 


Calzando esquíes en "la Mallata Baja"
 Al quitar peso de la mochila nuestro progreso se hace más rápido y vamos ganando terreno a la montaña. Llegamos en poco tiempo a la Mallata Alta de las Argualas.

En la Mallata Alta de las Argualas
 Y hasta aquí la parte fácil de la ascensión. El siguiente tramo discurre por un tubo estrecho y con fuerte inclinación y nieve muy dura, que nos obliga a poner cuchillas y a emplear toda la técnica y atención en cada una de las muchas vueltas María que tenemos que dar. Algunos traveseros calzan crampones para evitar problemas. 

Paso estrecho e inclinado, que luego fue un suplicio bajar esquiando por todas las huellas que había.

Superado ese paso, la pendiente tumba y podemos recuperar un poco el aliento. 

Pepe con los Batanes al fondo (próxima entrada en el blog)

 Desde allí se hace una larga diagonal a la derecha para buscar el falso collado que da acceso al valle colgado entre Garmo Negro, Argualas y pico Algas.

Guille  con un paisaje excepcional

Se hace larga la subida al collado.
 Al encarar la subida al falso collado, la pendiente aumenta de nuevo y la nieve vuelve a estar dura. Ya estamos a 2.800 m de altura y allí la nieve no transformó en todo el día. 

En el valle colgado entre Garmo Negro, Algas y  Argualas
 Desde el falso collado ya solo queda la rampa final.  Son 200 m de desnivel pero con una pendiente fuerte. Empezamos a subir con esquíes y cuchillas. En cada vuelta María la atención que hay que prestar es máxima, que sumando al cansancio que llevamos en las piernas, hacen los últimos metros muy duros. 

Primeros metros de la rampa final


La pendiente es fuerte y la nieve está dura. Atención máxima



A mitad de la rampa final, dando una vuelta María, Pepe perde el equilibrio y cae ladera abajo unos 100 m sin poder detenerse hasta el collado. El susto que nos llevamos es importante. A gritos nos dice que está bien y nosotros seguimos la ascensión.


Detrás la estación de esquí de Formigal con sus alfombras de nieve

Condiciones muy pobres de nieve para un mes de enero en cotas bajas
 Para los metros finales nos quitamos los esquíes y calzamos crampones. Es muy poca distancia pero no conviene apurar más con los esquíes.

Hermanos Fernández en la cima del Garmo Negro
 Al poco rato de estar en la cima, vemos aparecer a Pepe, con crampones y los esquíes a la espalda. No sabemos de dónde pero sacó fuerzas para rehacer la rampa final, a pesar del susto de la caída. 
Así que hicimos una foto de cima los cuatro para después iniciar el ansiado descenso. 




Bajando de la cima a por lo esquíes.
 La bajada por desgracia, no es buena. La nieve en la parte alta no transforma en todo el día, y en cotas medias cuando descendemos, la nieve ya está helada. Todo esto unido a que la bajada está llena de huellas (era un "patatal"), hace que queramos bajar lo antes posible, mediante esquí de "supervivencia".





La verdad es que no fue nuestro mejor descenso pero fue una actividad completísima, con un paisaje de película. En otras condiciones mejores de nieve estamos seguros de que sería un bajadón para recordar. 

Y hasta aquí la entrada de hoy.

¡Nos vemos pronto, pero de momento...en el monte no! 

Iremos publicando más entradas durante los próximos días.

#YoMeQuedoEnCasa


martes, 24 de diciembre de 2019

Crónica de un accidente en el Círculo Polar Ártico

Hoy os queremos contar con detalle el accidente y rescate que vivimos en primera persona en los Alpes de Lyngen, en marzo de este año.


En la montaña jugamos en un entorno tan bello como hostil, y la posibilidad de sufrir un accidente siempre existe. Nosotros únicamente hemos presenciado dos accidentes en la montaña. Uno de ellos fue en 2013 descendiendo del Mont Blanc, donde un miembro de una cordada inglesa se cayó de la arista cimera con resultado mortal.  El otro lo sufrió mi madre el pasado mes de marzo, pero afortunadamente con final feliz.

Queremos contaros cómo fue nuestra experiencia, ya que esta información puede resultaros útil, tanto si vais a realizar una actividad en Lyngen o en otro macizo montañoso.


23/3/2019

Estamos disfrutando de un viaje de esquí  de montaña en el Círculo Polar Ártico mis padres (Mamen y Pepe), Paula y yo.

Amanece nuestro tercer día de montaña en los Alpes de Lyngen (Noruega). Es el primer día que tenemos buen tiempo, día  soleado y sin viento. Las nevadas de los días previos nos obligan a elegir una ruta conservadora, con pendientes suaves para evitar laderas propensas a aludes.

Elegimos el pico Stormheimfjellet (1.181 m). Es una ruta muy sencilla, en ninguna zona supera los 25° de pendiente. Antes de salir calzamos esquíes,  hacemos el control de ARVAS, enciendo el GPS Garmin y pongo a grabar la ruta en el reloj Suunto. Todos los móviles los ponemos en modo avión para no gastar batería.

Afrontamos la subida con tranquilidad, ganando paisaje a cada paso que damos.  La vista del fiordo es espectacular, todo el grupo sube bien. Mi madre, a un paso más lento, pero con muy buenas sensaciones en la rodilla (el año anterior tuvo una fractura de rótula en una de las rodillas).


Poco antes de la cima Mamen dice que no sube más para reservarse para la bajada. Paula, Pepe y yo apretamos un poco el paso, coronamos, un par de fotos de cima y bajamos hasta donde nos espera Mamen para iniciar el ansiado descenso los 4 juntos.

La primera parte de la bajada es memorable. La nieve está disfrutona, visibilidad perfecta, y Mamen con buenas sensaciones en la rodilla. Paramos varias veces para hacer ráfagas de fotos. Estoy buscando el fotón para el blog, no voy a esquiar muchas veces en mi vida con este paisaje.

Pero a mitad del descenso, Mamen se cae. Paula y yo dejamos las fotos y bajamos rápidamente hasta donde se encuentra. No puede levantarse por si  sola. Le duele mucho una rodilla. Entre los dos la ponemos en pie, intenta apoyar pero no puede. ¡Vaya, vamos a necesitar ayuda para bajarla! 

Aún estamos a más de 600 m de desnivel del coche, quedan menos de 2 horas de luz y estamos a -3°C. Y estamos más solos que la una. Tenemos que llamar al helicóptero, no nos queda otra.

Tenemos que llamar al 112, pero, ¿dónde estamos? Cómo el día pintaba tan bien y la ruta se veía perfectamente desde el coche, nos hemos dejado la guía en el coche. Error.
En el GPS Garmin tengo la ruta guardada, con el nombre del pico.

Paula llama al 112 (tenemos batería gracias a llevar el móvil en modo avión durante todo el día).  La llamada la atienden en inglés. 
Mientras Paula se entiende con la operadora explicando lo que ha pasado, yo intento recopilar más información para explicar donde estamos exactamente, pero no es nada sencillo, no tengo la guía. Paula deletrea el nombre impronunciable del pico (Stormheimfjellet), ¡pero caigo en la cuenta de que en la guía existe al menos otro pico con el mismo nombre!

Así que saco el GPS Garmin para decir a Paula las coordenadas UTM exactas, pero me doy cuenta de que el DATUM que tiene metido el GPS es el European Datum 1950. Ese era el Datum oficial en España hasta 2008. Uff, no podemos dar estas coordenadas al 112, ya que la diferencia con el Sistema de Referencia Noruego podría ser de cientos de metros o incluso kilómetros.

Tenemos que dar las coordenadas en el sistema de referencia ETRS89 que es el oficial en todo Europa, pero con los nervios no encuentro donde cambiar la configuración del GPS.

De repente caigo en la cuenta de que en el reloj llevo otro GPS. Busco las coordenadas y las del Suunto vienen en el Datum WGS84, que es el internacional. El Datum WGS84 y el ETRS89 difieren en apenas 10 cm, se pueden considerar iguales.

Paula le canta las coordenadas a la operadora del 112. Nos dicen que en unos 15 minutos nos mandan un helicóptero.

Durante todo este tiempo Pepe, que estaba unos 100 m más abajo sospecha que algo pasa y vuelve a poner las pieles para subir foqueando hasta donde nos encontramos nosotros.

Dentro de lo malo la situación no pinta muy mal. Mamen se ha hecho algo en la rodilla pero no parece nada muy grave, hemos podido llamar al 112 y dar nuestras coordenadas, y la meteorología para volar es buena.

Para la espera los cuatro sacamos las chaquetas de pluma de las mochilas y nos abrigamos bien. A pesar de la buena meteorología, hace -3°C. Apenas quedan unas horas de luz y empieza a notarse bastante el frío.
Mamen puede estar de pie, aunque sin apoyar la pierna accidentada. Eso es mucho mejor que si tuviera que esperar tumbada en la nieve, donde la pérdida de calor es muchísimo mayor. También sacamos un termo con té caliente (que siempre solemos llevar en nuestras salidas invernales).

Mientras esperamos colocamos 2 pares de esquíes clavados en la nieve haciendo 2 cruces, para facilitar que nos localicen mejor desde el aire. También guardamos todo en las mochilas para evitar que salga volando cuando llegue el helicóptero.

A los quince minutos de espera empezamos a dudar de si habremos dado bien las coordenadas y el nombre del pico...por suerte parece que hemos acertado, pocos minutos después se oye a lo lejos un helicóptero y a los pocos instantes vemos aparecer un helicóptero amarillo sobrevolando las montañas de enfrente. Se dirige hacia nosotros sin dudarlo, las coordenadas eran correctas y ya nos ha visto el piloto. ¡Bravooo!





La sensación de tranquilidad que da ver aparecer el helicóptero es impresionante, y eso que el accidente de Mamen no parecía ser nada grave. Es como ver aparecer al Ángel de la Guarda.


El helicóptero aterriza a unos cincuenta metros de donde nos encontramos. Bajan 2 rescatadores con una camilla, piolet y crampones. Llegan a nuestro lado y rápidamente empiezan a colocar a Mamen en la camilla. Nos dicen que el helicóptero tiene poco combustible y que debemos darnos prisa.





En cuestión de 3 o 4 minutos Mamen ya está montada en la camilla, bien atada y tapada con una lona. Los rescatadores cogen sus esquíes y bastones y se la llevan hacia el helicóptero. Nos dicen que la van a llevar al hospital de Tromso, y que no podemos ir ninguno de nosotros de acompañante debido al poco combustible de la aeronave.


Vemos el helicóptero despegar y alejarse hacia Tromso.  Bueno, dentro del percance que hemos tenido, el rescate ha sido rapidísimo y muy sencillo.



Calzamos esquíes y bajamos esquiando hasta el coche casi sin parar. Ahora ya no disfrutamos la bajada, solo queremos llegar al coche para llegar a Tromso lo antes posible. 

Una vez en el coche conseguimos contactar con Mamen por teléfono. Está bien, esperando que la atiendan en una sala de espera de Urgencias. También nos dice que según la estaban llevando al hospital, hubo otro aviso de otra montaña cercana donde hubo un alud. El helicóptero la dejó rápidamente en el hospital y salió con máxima urgencia a la zona del alud. 

Cuando llegamos a Tromso casi 2 horas después encontramos a Mamen en la sala de espera. Le atiende un médico que le explora la rodilla, le hace una serie de maniobras y su diagnóstico es que tiene un esguince de un ligamento de la rodilla. No le hacen ningún tipo de prueba de imagen.
Le dan una muletas y nos vamos los cuatro de vuelta al apartamento. 

Allí en el hospital tenemos que pagar únicamente una factura de unos 60 €, por la consulta del médico y las muletas. Este pago lo rembolsaría el seguro unos días más tarde. Sin embargo el rescate es completamente gratuito.  Teniendo en cuenta que estamos en Noruega, nos soprendió lo barato que fue. 

Cuando llegamos a España, hicieron pruebas de imagen a Mamen y el diagnóstico fue que tenía una contusión ósea en la meseta tibial (aclaración: una contusión ósea es una fractura).

Y hasta aquí la crónica del accidente, que por suerte todo acabó en un susto y en una aventura que contar. 

Pero analizando las causas creo que hubo una serie de factores que influyeron para que todo fuese tan rápido y sencillo:

- Qué creemos que hicimos bien:

  • Llevar los móviles cargados de batería y conservarla en modo avión.
  • Llevar el GPS 
  • Tener conocimiento de cómo funciona un sistema de coordenadas y el sistema de referencia (DATUM).
  • Llevar todos chaquetas de pluma.
  • Llevar un termo con bebida caliente.
- Qué creemos que hicimos mal:
  • Dejarnos la guía de montaña en el coche.
  • No haber configurado previamente el GPS con el sistema de referencia más utilizado en el país de destino (Noruega).
Variables sujetas al azar que estuvieron de nuestra parte:
  • Tener cobertura de móvil en la zona
  • Buena meteorología para volar
  • Aún 2 horas de luz por delante
  • Tener la suerte de que el aviso del alud fuese después del nuestro
Si alguna o varias de estas cosas sale al revés, quizás un rescate sencillo y no grave como el nuestro se hubiese complicado muchísimo más. Por ello siempre hay que estar preparado, no solo con material adecuado sino con conocimientos suficientes para saber solventar este tipo de situaciones, ya que cualquier pequeño percance en alta montaña se puede convertir en un problema realmente grave. Nunca debemos bajar la guardia.

¡Nos vemos en el monte!

Entradas relacionadas:













martes, 10 de diciembre de 2019

Ascenso al pico Peyralún (2.435 m) y al pico Estrémère, (2.128 m). 7 de diciembre de 2019

En la entrada de hoy os mostramos brevemente algunas fotos y la reseña de la ruta para ascender a pico Peyralún, una ruta sencilla, con unas vistas inmejorables a la vertiente francesa y al Valle de Tena, y con una bajada disfrutona. Además si nos sabe a poco tenemos la posibilidad de ascender después al Pico Estrémère o Portalet, que con sus 2.128 m nos da la posibilidad también de disfrutar de una buena bajada hasta el coche.


En este enlace podéis ver la crónica de otra subida al Peyralún que hicimos en diciembre de 2013

Datos de la ruta:

  • Desnivel: 924 m
  • Distancia:8,75 km
  • Horario: 4,54 h
  • Dificultad: moderado
Para descargar el track de GPS pincha aquí

Mapa de la ruta completa
Perfil altitudinal


Descripción de la ruta:
Dejamos el coche en el parking de Portalet, el que queda más alto en la estación de Formigal. Desde allí vamos rumbo este hacia el Puerto Viejo de Sallent, situado a los pies del Peyralún. 
Dejamos a nuestra derecha la cabaña dous Bouès de Peyrelue (donde en verano venden quesos), y buscando las laderas menos pronunciadas (rumbo este), hasta alcanzar un collado evidente, a 2.215 m.




Desde el collado se gira a la izquierda para llegar hasta la cima por una sencilla arista. Aunque la pronunciada pendiente puede hacer más aconsejable quitar esquíes y calzar crampones, como hicimos nosotros. 


La cima es bastante pequeña y área, con una vistas panorámicas increíbles de todo el valle de Tena y la vertiente francesa.



Os dejamos un breve vídeo en la cima del Peyralún, con unas vistas maravillosas:



El descenso se puede hacer desde la misma cima, o 5 minutos más abajo como fue nuestro caso. La pala inicial tiene una fuerte pendiente, pero si la nieve es buena podremos disfrutar de un descenso muy disfrutón. Nosotros encontramos una excelente nieve primavera.






Una vez en el Puerto Viejo de Sallent, la subida al pico Estrémère es sencilla y con muy buen descenso hasta el coche. Es el broche de oro a una gran jornada de esquí.

Y hasta aquí la entrada de hoy. ¡Nos vemos en el monte!



lunes, 9 de diciembre de 2019

Circular Portalet- Col de L'Iou - Valle de Bious - Col d'Anéou - Portalet (6 diciembre 2019)

Aprovechando los buenos espesores de nieve en la zona de Portalet, el pasado viernes 6 de diciembre realizamos una bonita circular con inicio y fin en el Portalet. 



En esta ocasión formamos un equipo de cinco, compuesto por Pepe, Guille, Marta, Paula y un servidor. 

Características:
  • Distancia: 12,05 km
  • Desnivel: 818 m
  • Duración: 5 h 30 min incluidas paradas y sin ninguna prisa.
  • Dificultad técnica: Sencilla
  • Dificultad física: Sencilla
  • Exposición a aludes: Mitad de la ruta por terreno complejo, solo repetir con nieve bien asentada.
Perfil altitudinal:

Para descargar el track de GPS pincha aquí.


Descripción de la ruta:
Empezamos desde el aparcamiento de Anéou, bajando desde el Portalet hacia el lado francés, a menos de 1 km. Los fines de semana hay que madrugar para aparcar aquí, son muchos los traveseros y raqueteros que utilizan este aparcamiento como punto de partida.


La subida comienza cruzando 2 puentes yendo hacia la cabaña de Lalagüe, camino del refugio de la Pombie. Antes de iniciar la fuerte pendiente del camino de zetas de la Pombie, viramos a la izquierda y continuamos subiendo por lomas de suave pendiente, empezando a rodear la cara sur del pico Peyreget (siempre a nuestra derecha), hasta alcanzar el Col de L'lou (2.194 m). 


Col de L'lou desde donde se divisa la ruta que asciende al Peyreget

Una vez en el collado, debemos seguir ligeramente a la izquierda y descender una decena de metros, sin quitar pieles, para luego remontar otro collado que nos deja al pie de la Peña del Peyreget (no confundir con el pico). La Peña del Peyreget es una pared rocosa inconfundible.

Ascendemos ligeramente hasta los pies de la inconfundible Peña del Peyreget  (a la derecha en la foto)


En este último collado quitamos pieles para afrontar el primer descenso de la jornada, girando a la izquierda (rumbo sur), encarando una pala de inclinación moderada, muy bien innivada, hasta llegar a un barranco (tubo). El tubo lo bajamos esquiando por dentro del mismo, con giros cortos, pero técnicamente sencillo. 



Foto de grupo con el Valle de Bious debajo

A la salida del tubo (ojo que la nieve ya escaseaba), giramos hacia la derecha buscando el terreno más esquiable, hasta llegar al fondo del valle de Bious (a nuestra altura, ya que el valle continúa hacia abajo).



Una vez en el fondo de valle, calzamos pieles, y sin ninguna pérdida remontamos el valle hacia el Col d'Anéou, por una subida muy tendida y con múltiples huellas. A pesar de haber muchas huellas, y de estar la zona de Portalet muy masificada, pudimos disfrutar de una soledad casi total, que es uno de los atractivos de esta ruta. 




Una vez en coronamos el Col d'Anéou, ya se visualiza perfectamente la carretera y el aparcamiento y solo nos queda disfrutar de la segunda bajada del día. ¡Ojo!, conviene trazar bien la bajada visualmente porque es una ladera demasiado tendida y evitar remar lo menos posible. 



Y hasta aquí la entrada de hoy, disfrutando de un inicio de diciembre con buenos espesores de nieve. 
¡Nos vemos en el monte!



Viviendo la Montaña

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